No hago reparaciones ni doy servicio a ruedas que no sean montadas mías.
Puede parecer un poco de sobrado, pero el volumen de trabajo que tengo no me permite estar perdiendo el tiempo reparando chapuzas que no me tocan.
Podría ganarme perfectamente la vida solucionando marrones de ruedas mal montadas.
La semana pasada entró por la puerta del taller un chico con silla de ruedas.
Buenos días ¿en qué puedo ayudarte?
Sus primera palabras fueron:
Hola me llamo John, ya sé que solo das servicio a las ruedas que tu fabricas, pero estoy desesperado he recorrido varios talleres de la isla y no dan con el problema.
Hace años que compito en Hand Bike y aquí en España no hay ruedas de este tipo y hace poco las compré en Italia.
Yo – ok, tranquilo, dime en qué puedo ayudarte.
John – La cuestión es que las ruedas no paran de hacerme ruidos extraños, y la verdad es que me asusta usarlas, no sea que por culpa de las ruedas tenga un accidente.
Si no sabes que es un Hand Bike, se trata de las bicicletas de 3 ruedas, donde el ciclista va reclinado sobre ella y las bielas se mueven con los brazos.
No pude negarme a mirar las ruedas de John.
Yo – Enséñame las ruedas y les pego un vistazo rápido.
Reviso las ruedas a ojo.
Mira John a simple vista se ven varios problemas.
La llanta está montada del revés.
Los radios son cortos.
Y las tensiones no están bien.
John – En serio, en ningún taller han sido capaces de verlo ¿y tú en un minuto ya lo has visto? ¿me lo puedes arreglar? cóbrame lo que sea pero por favor hazme este favor.
La historia acabó bien, arreglé las ruedas a John y quedó encantado con ellas.
Me sorprende la poca formación que tienen muchos talleres en general.
Si no quieres ser uno más, si eres de los que quieren aprender, seas mecánico aficionado o taller te dejo algo interesante justo aquí debajo.
La Guía del Wheelbuilder
PD: Tus clientes te lo agradecerán.